El Instituto Leonés de Cultura publica un nuevo tomo de la colección ‘Biblioteca Antonio Valbuena’, pensada para ofrecer al público del siglo XXI los mejores libros de este autor
La Diputación de León, a través del Instituto Leonés de Cultura, continúa reivindicando la obra de Antonio Valbuena (1844-1929), esta vez con la publicación de ‘Parábolas. Cuentos de las comarcas leonesas’, segundo tomo de la colección después de ‘Rebojos’. Valbuena, natural del desaparecido pueblo de Pedrosa del Rey, fue un autor de gran repercusión en su época, todo un ‘súperventas’ cuyas obras llegaban a reimprimirse hasta siete u ocho veces, y lo alabaron célebres autores coetáneos como Emilia Pardo Bazán o Leopoldo Alas ‘Clarín’. No obstante, quizá por su carácter combativo y crítico con la labor que entonces realizaba la Real Academia, su legado literario y periodístico acabó, progresivamente, cayendo en el olvido.
El diputado de Cultura, Arte y Patrimonio, Pablo López Presa; el coordinador del Instituto Leonés de Cultura, Emilio Gancedo; y el profesor de la Universidad de León Joaquín Serrano Serrano han presentado en rueda de prensa ‘Parábolas’ e incidido en lo injusto del desconocimiento actual de la vida y obra de Valbuena. “En la capital leonesa llevan su nombre un colegio público, una calle y una coral, pero sus libros, exceptuando algún caso, solo se han publicado en forma de facsímil y no estaban al alcance de todos los públicos”, comentó Gancedo.
Por su parte, Joaquín Serrano, gran ‘valbuenista’ y autor de los estudios preliminares que acompañan y preceden a ‘Rebojos’ y ‘Parábolas’, ofreció algunas claves de la literatura de este autor, como su interés por la ‘intrahistoria’ o vida cotidiana del pueblo llano, su militancia católica y carlista o un amor por la tierra leonesa que le llevó a reclamar y conseguir diferentes mejoras para la zona de la Montaña Oriental, como carreteras, escuelas, etcétera.
En ‘Parábolas’, una múltiple variedad de personajes despliega sus aventuras y desventuras: la mujerina desamparada por la justicia, el duelo entre dos tamboriteros por alcanzar el cargo de músico oficial, los desmanes cometidos por los caciques locales, los reveses del azar y la fortuna que caen sobre engreídos y orgullosos, la inalterabilidad del destino… todo ello contado con las enormes dosis de imaginación, humanismo y humor que son típicas de Valbuena. Tras este libro, el Instituto Leonés de Cultura prevé publicar ‘Caza mayor y menor’ y dos tomos dedicados a su obra crítica y poética.
Como narrador, Antonio Valbuena fue autor de cuentos (‘Rebojos’, ‘Parábolas’, ‘Caza mayor y menor’, ‘Capullos de novela’, ‘Novelas menores’) y de la novela ‘Agua turbia’, pero también escribió poesía, con cerca de 10.000 versos publicados en más de veinte revistas de toda España. En el campo de la crítica y del periodismo resaltó por la dureza de sus censuras a otros escritores y académicos del momento, todo ello incluido en los volúmenes titulados ‘Ripios’ y en su extensa obra ‘Fe de erratas del Diccionario de la Academia’.
Antonio Valbuena escribió en numerosos periódicos y revistas, y también dirigió otros, y sus artículos y libros, así como su espíritu combativo en favor de la pureza de la lengua española le granjearon gran fama en los sectores populares, hasta el punto de que Damián Isern escribió en 1892: “¿Qué ha de pensarse, qué ha de decirse de los dos críticos más de moda en estos momentos, de Alas, más conocido con el seudónimo de ‘Clarín’, y de Valbuena?”. Abel Sorralto, en 1894, constató: “Y no solo se vendieron a millares los ‘Ripios’, sino que le brotaron al autor tantos imitadores, que, a la fecha, no hay ya quien pueda contarlos”. Gutiérrez Nájera dijo que en México “tiene adeptos a porrillo; le imitan los jóvenes (…) y es muy celebrado y aplaudido por todos los estudiantes aprovechados de gramática”. Por su parte, Emilia Pardo Bazán, en 1891, había dejado claro lo siguiente: “El nombre de este escritor se cuenta hoy entre los más leídos, tiene su auditorio y sus partidarios acérrimos, y es un favorito de la juventud (los muchachos entre quince y veinte se lo saben de memoria)”. Ya en el XX, el propio Azorín aseguró: “Valbuena fue un prosista de los buenos; en su prosa hay sabor castellano. Digo, leonés”.
‘Parábolas. Cuentos de las comarcas leonesas’ ya está a la venta en librerías y en la sede del Instituto Leonés de Cultura (calle Puerta de la Reina, 1, León).