Las últimas excavaciones en Lancia ofrecen abundante información sobre la vida en la ciudad astur-romana

Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo desde 2020 permiten recuperar monedas, cerámicas y restos de armas y adornos

Las prospecciones sacan a la luz las extensas avenidas con las que contaba la ciudad, así como las características de su foro: un gran patio abierto de hasta 3.000 m2, delimitado por pórticos

El diputado de Cultura, Arte y Patrimonio, Pablo López Presa; y el técnico de Patrimonio del Instituto Leonés de Cultura, Jesús Celis, han comparecido ante los medios para dar cuenta de la investigación arqueológica y de los hallazgos obtenidos en el transcurso de los trabajos efectuados en el yacimiento de Lancia desde que el actual equipo de gobierno en la Diputación Provincial tomase la determinación, hace ya dos años, de sacarlo del olvido. López Presa ha resumido las distintas intervenciones llevadas a cabo en el enclave, como las de consolidación, adecuación de accesos, compra de fincas, habilitación de visitas guiadas y el proceso para elevar el Centro Arqueológico de la Ciudad de Lancia, mientras que Celis ha detallado una serie de hallazgos entre los que se cuentan monedas, cerámicas, armas y adornos, así como las imágenes del subsuelo conseguidas mediante prospección con georradar y magnetómetro.

El diputado de Cultura ha enumerado las acciones llevadas a cabo por parte de la administración provincial desde finales del año 2020, y que en orden cronológico han sido: la reposición de los vallados, la colocación de paneles informativos, la mejora de los accesos, la compra de fincas aledañas (diez nuevas hectáreas gracias a las cuales la Diputación posee la mayor parte de los restos del yacimiento), la consolidación de las estructuras excavadas y un concurso de ideas para crear un Centro Arqueológico, así como la redacción de su proyecto y licitación pública. “Durante la realización de estos trabajos han participado diferentes empresas e investigadores de un nivel profesional muy alto, y se han utilizado tecnologías de última generación en cuanto a los sistemas de detección de restos soterrados, georreferenciación topográfica mediante drones, análisis de las rocas empleadas en las construcciones romanas y restauración de objetos metálicos, entre otras”, ha explicado el diputado.

Por su parte, el responsable de Patrimonio ha desgranado los hallazgos y las imágenes obtenidas durante esas labores, y explicado algunas hipótesis surgidas al amparo de los descubrimientos. Por ejemplo, durante la renovación de los vallados en las zonas de La Encrucijada y Valdealbura se encontraron “restos de construcciones de época romana y vertederos o escombreras prerromanas”. Los trabajos arqueológicos de seguimiento de las obras de consolidación y restauración de los restos excavados “permitieron completar zonas y aspectos que no se habían investigado lo suficiente, como algunas áreas de las termas públicas, el mercado, las calles principales y la red de saneamiento de época romana”. También durante los seis sondeos realizados en las fincas que ocupará el futuro Centro Arqueológico se obtuvieron nuevos restos de época prerromana y romana. “Hoy conocemos mejor el urbanismo romano al norte de la zona excavada y, en general, el de la zona central del yacimiento gracias a los trabajos con el magnetómetro y el georradar, que se han sumado a los resultados de campañas anteriores”, ha defendido.

El foro de Lancia

Jesús Celis ha subrayado que, gracias a estas intervenciones, “hoy tenemos una imagen bastante detallada de cómo era el foro de Lancia y los edificios aledaños”. “Hemos documentado arqueológicamente los restos de las cimentaciones de los pórticos del lado norte del foro, los pasillos y alguna base de cimentación de las columnas”, expresó. Además, el responsable del Departamento de Patrimonio del ILC informó que, ya en campañas anteriores, “la fotografía aérea había mostrado un edificio que contenía tres zonas y que contaba con pórtico doble”. La prospección con equipos de geomagnetismo y georradar parecen incidir nuevamente en un edificio con un gran patio abierto delimitado por estos pórticos, seguramente abiertos, y que debieron contener columnas de piedra en el este, el oeste y el norte, y tal vez uno nuevo en el sur. En el espacio del oeste posiblemente se incluyese una basílica tras la que se desarrollaría una línea de tabernae (tiendas) que darían a una de las principales calles, el cardo maximus, mientras que al norte discurriría la otra, el decumanus maximus.

La excavación practicada el año pasado en el foro propició el descubrimiento de una serie de cimentaciones de muros como un zócalo corrido, en la base de dichos pórticos, y otra zona con muros paralelos entre sí y perpendiculares a la zona porticada, que podrían mostrar los restos del área destinada a los servicios religiosos y administrativos de Lancia. “Por lo descubierto podemos corroborar la existencia de un doble pórtico en el norte y de al menos cuatro estancias de tendencia cuadrada o rectangular que se abrirían hacia el doble pasillo y el pórtico septentrional”, ha asegurado Celis.

Además, a tenor de los hallazgos, los expertos están en condiciones de determinar que las medidas totales del foro lanciense oscilarían entre los 60-65 metros de longitud y los 45-48 metros de anchura. Su superficie podría haber alcanzado los 3.000 metros cuadrados.

En lo que respecta a su cronología, aun no se conoce con seguridad la fecha exacta de su construcción, pero podría pertenecer a algún momento de la época Julio-Claudia (del 27 a. C. al 68 d. C.). “Su tipología se ajusta al tipo de edificio público que era habitual, en aquel entonces, en una ciudad del Noroeste de Hispania”, precisó Celis, quien añadió que “por desgracia, el foro fue desmontado, seguramente en la época tardo-romana, y los trabajos practicados por las nivelaciones de fincas dieron al traste con la mayoría de las evidencias arquitectónicas”.

“Conocemos los sistemas de cimentación del foro: sabemos, por ejemplo, que las rocas que se emplearon en los materiales constructivos procedían tanto del entorno próximo como de la montaña leonesa, mientras que los mármoles se traían de canteras del Bierzo. Además, tenemos evidencias de la producción de cal in situ para su trabado. Podemos así lanzar hipótesis sobre su trazado y aspecto exterior, las posibles columnas utilizadas y algunos remates decorativos gracias al descubrimiento de un frontón caído en el suelo, fabricado con morteros de cal y piedra de relleno”, ha explicado el responsable del departamento de Patrimonio del Instituto Leonés de Cultura. “Se ha podido investigar una ocupación temprana del lugar a cargo del emperador Augusto, muy posiblemente relacionada con la presencia militar de las legiones después de la conquista de los astures. Es destacable la aparición de monedas de este emperador, de tipo de la Caetra, que se vinculan a los pagos al ejército romano en este periodo y, de hecho, es la primera vez que tenemos constancia clara de esta fase en el yacimiento”, ha abundado.

El ’oppidum’ astur

Las últimas intervenciones y trabajos arqueológicos no solo han permitido conocer mejor la ciudad romana, sino también el núcleo de población precedente: el castro u oppidum astur. “Al norte, en el área donde se elevará el Centro Arqueológico, se ha documentado un vertedero en fosa que sirvió para almacenar los detritus de algún edificio quemado, del que no quisieron dejar huella y que, por ello, cerraron tal depósito. También hemos obtenido importantes materiales arqueológicos de las gentes astures que poblaron el castro, como restos de adobes, madera calcinada, cerámicas, restos óseos y objetos de hierro y bronce como una valiosa fíbula zoomorfa”, desveló Celis.

Por otro lado, en la zona del futuro aparcamiento público se han hallado nuevos restos de un edificio en apariencia de funcionalidad doméstica, de fines del siglo I o principios del II d.C., y que ha deparado significativos lotes de terra sigillata (cerámica de mesa romana), cerámica común romana, vidrio, restos óseos y un ‘as’ del emperador Augusto.

Todo un caudal informativo que se considera muy satisfactorio, pues “ha aportado interesantes resultados que sin duda servirán para abrir nuevos campos de estudio y de conocimiento sobre la importancia que tuvo Lancia “, concluyó Jesús Celis.

Estos trabajos del ILC ayudarán a conocer mejor quiénes fueron los astures lancienses y a proporcionar una visión más ajustada y veraz sobre cómo fue su cultura, su economía y su sociedad. El Instituto, dependiente de la Diputación, seguirá investigando sobre su evolución y el desarrollo de su existencia en los siete siglos durante los cuales estuvieron asentados en el cerro de Villasabariego.

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